Naturaleza muerta con mural teotihuacano / Temple y óleo sobre tela / 172.5 x 127 cm / 2015 |
TIERRA
La Tierra nos pide ofrendas y rituales, y nos recompensa con sus frutos, es símbolo de fertilidad, generosidad y hogar. Inda Saenz pinta una naturaleza muerta con los frutos de nuestra Tierra, maíz, chiles, rábanos, tomates, la abundancia del lugar que nos ha dado identidad. El mural rojo es la recreación de una obra teotihuacana que ya no existe en nuestro país, la pérdida cultural que nos recuerda que estamos acabando con nuestra esencia, así como explotamos y contaminamos la Tierra no respetamos a nuestra propia cultura. La ofrenda de Inda Sáenz regresa al sentido sacro de nuestros alimentos, nuestros rituales y manifestaciones.
INDA SÁENZ
Graduada en maestría en Psicología y en Artes Visuales en la UNAM, se interesa por el proceso cognitivo de la creación y el arte. Su compromiso con la pintura la ha llevado a ser combativa defensora de la integridad estética y ética de la Bienal de Pintura Rufino Tamayo, asegura que no se rendirá hasta que sea un certamen justo y transparente.
Profundizar en un tema
He desarrollado series de pinturas porque me interesan temas o aspectos de la pintura que creo que no se resuelven en uno o dos cuadros. Por ejemplo, desde la primera serie que hice sobre los Escenarios pictóricos para Jean Genet, mi interés estaba en el espacio escénico, en una pintura como la de Roberto Mata. Estos espacios que son muy complejos y que me resultaba en un principio muy difícil entender cómo los había construido, después de que los vi más fui descubriendo la luz. Me interesaba el dibujo como huella dentro del espacio, no algo figurativo, sino que sugiriera la huella del movimiento o la danza de los personajes en la ambivalencia del dibujo, la pintura, el espacio escénico. Esto lo trabajé unos ocho o nueve años en distintos formatos, hasta que sentí que se estaban agotando. Empecé a hacer algo completamente distinto, que era un espacio constructivista que resultó en la serie Construcciones animistas, más llevado al plano, más geométrico, con más color, y cuando vi que esta serie podía tener su propio desarrollo, abandoné los Escenarios y seguí con las Construcciones durante varios años.
Pintoras y retratos
Empecé por curiosidad la serie de retratos de pintoras, Maestras, discípulas y alegorías, por ver cómo habían pintado los cuadros; es una lección de pintura porque aprendes cómo se pintaba en los siglos XVII, XVIII y XIX. En algunos de esos cuadros hay un juego, por ejemplo: el cuadro que hice sobre Angelica Kauffmann es su autorretrato, le puse unas piezas grecorromanas, con la idea de que seguramente le hubieran gustado. A otros cuadros les quité elementos, a Clara Peeters con el Vanitas que tiene muchos objetos le quite algunos en ese juego, y también es un juego con el espectador, es una copia pero podrías ver el original y ver qué es diferente. Lo que pasa en la historia del arte es que a las mujeres las borran y es hasta el siglo XX que las historiadoras feministas del arte recuperan a Artemisia Gentileschi y recuperan las biografías de otras pintoras. En estos estudios feministas encontré algunas autoras, a Whitney Chadwick, a Linda Nochlin, y empecé a investigar los autorretratos de estas pintoras y me interesaron mucho. Simplemente por experimentar cómo se habían retratado, cómo se presentaban. Están diciendo soy pintora, o soy pintora y mujer.
El elemento Tierra y El Mural del Milenio
El cuadro es una Tierra mexicana, teotihuacana, recuperando los frutos de la Tierra. Los otros elementos son una reconstrucción. Lo que estoy haciendo es juntar un pasado artístico con el presente en un espacio virtual, imaginario y real, en donde están conjugadas varias cosas. El mural que recreo es un mural teotihuacano del que solamente hay un fragmento en México en el Museo Tamayo de Oaxaca. Los siete fragmentos que se conocen están en museos de Estados Unidos y uno en Europa. Me interesa reconstruir esa pintura mexicana del pasado y la escena es un sacerdote que parece que está cantando, haciendo un rito, tiene que ver con cuestiones calendáricas, de cambios de ciclos astronómicos, la cosecha, la siembra. Es un sacerdote sembrador y al mismo tiempo hay elementos de sacrificio, las pencas de maguey en los bultos. Estas telas son rituales de sacrificio donde la sangre es parte del ciclo cósmico de la siembra de la Tierra. En realidad, están los cinco elementos, no solamente la Tierra, el incensario teotihuacano es el Fuego, los elementos de abajo que están tomados de una vasija teotihuacana son acuáticos. Es conjuntar esta riqueza del pasado mexicano que está saqueado porque esos murales se fueron a otros países. Tengo una preocupación por la contaminación, los transgénicos, los alimentos alterados y creo que es importantísimo revalorar lo que produce la Tierra naturalmente, y reconocer que es un trabajo cultural el descubrimiento del maíz, la siembra: es lo que ha creado la cultura milenaria de nuestro país y es una invención mexicana.
Periódico intervenido / Óleo sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2015 |
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