lunes, 16 de mayo de 2016

Jorge Luna

“Trabajo prácticamente con el inconsciente”

El Sol y sus cabriolas / Óleo sobre tela / 130 x 130 cm / 2016

JORGE LUNA
Por Avelina Lésper

El placer por la contemplación lo arrojó a pintar el detalle absoluto en su obra.

ABRAZAR EL OFICIO
Uno de los días más placenteros de mi vida es el día que dije “ya no tengo que ir a trabajar”, tengo mis pinturas esperando. Claro que ya había vendido cuadros, había expuesto y me permití esa libertad, y fue increíble llegar a mi estudio una mañanita y ponerme a pintar. Como pintaba en las tardes, no es lo mismo la luz del día, tampoco es lo mismo tomar las cosas, la pintura físicamente, las brochas y el placer de usar las manos que son una herramienta tan fina, tan sofisticada.

EL TRANCE DE PINTAR
Usar la mano me lleva a un trance. Hay veces que estoy trabajando prácticamente con el inconsciente, estoy pensando en otras cosas, escuchando música y no me doy cuenta de lo que estoy haciendo. Estoy aplicando los colores y ni siquiera sé la combinación que estoy haciendo, hay veces que el color tiene una expresión emocional que no puedo explicar con palabras. Aplico un poco de rojo para calentarlo, para darle sensualidad, o lo enfrío porque estoy trabajando con la temperatura que es lo que da emotividad al color; entonces hay veces que no me doy cuenta, lo estoy trabajando pero me dejo llevar horas y se me va el tiempo y ni sé lo que hice, y siento que estoy más conectado con la tierra. 

CONTEMPLAR LAS FORMAS
Te dejas envolver, te dejas fascinar, por ejemplo la lechuga, cuando veo la escarola con tantas formas, veo cómo se forman los pliegues, cómo vienen estas curvas y luego se multiplica en holanes, entonces la analizo y además es una belleza. Creo que dejarse llevar por la fascinación es una de las cosas más importantes del arte, y es una cosa que hemos perdido muchísimo, se perdió la capacidad de contemplar, estamos tan entretenidos, tan bombardeados de tantas imágenes y cosas, ruido, opiniones, que de repente no contemplas esa curva y sobre todo las geometrías y las armonías. Es lo que los artistas hacemos, estás contemplando y al contemplar te proyectas, te encuentras, porque ahí encuentras tus sensaciones. Lo que estás sintiendo, lo que estás pensando, lo vas a encontrar en lo que estás viendo.  

LA BELLEZA
Es el gozo, es la sorpresa, incluso puede ser el miedo, el terror.

EL SOL DE JORGE LUNA
Me puse a ver imágenes de la NASA de las cabriolas del Sol, yo estaba fascinado y dije: es que parecen plantas. Desde hace tiempo quería hacer la lechuga y pensé que la materia, al transformarse en sus formas más sutiles, es como si el fuego se replicara de una manera más difusa. La vegetación o cosas que nos resultan un poco más familiares son porque nosotros recibimos una dosis de luz, de calor muy específico y, si no fuera así, no tendríamos el planeta que tenemos, el agua no sería líquida, pero esa dosis tan específica de luz y de calor la tenemos que cuidar porque es un regalo sagrado. Hay que tener precauciones con el calentamiento global porque tenemos un planeta increíble y eso es gracias a la dosis que nos da el Sol. La lechuga es una fiesta de vida, es puro regocijo, las formas que tiene, es preciosa, y todavía te la comes y te celebra el sabor en la boca, es una maravilla. Puedes concentrarte si tienes ese tiempo de dedicarle contemplación a una cosa, por pequeña o insignificante que sea, puedes encontrar ahí una fuente de inspiración que no se te acaba.

Sin título (Periódico intervenido) / Óleo sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2016





Desertó del  mundo virtual del diseño gráfico, un día se negó a entrar en su oficina y se dedicó sólo a pintar. Mientras pinta escucha audiolibros de filosofía que estudia con la misma vehemencia con la que analiza las formas. El realismo es parte de esa concentración.





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