“No me interesa ser moderno, el arte no tiene tiempo”
Sol / Acrílico y óleo sobre tela / 130 x 130 cm / 2016 |
LEONEL MACIEL
Por Avelina Lésper
Vital,
memorioso, sabio, hedonista, vive en Cuernavaca rodeado de su obra y sus
amigos, le gusta cocinar y su pintura es parte de ese placer.
LA
PINTURA ES DESTINO
Saliendo
de La Esmeralda no sabía qué hacer, porque a mí no me interesaba ser pintor. El
destino mete su cuchara donde no debe y resulta me ofrecen un trabajo en la
Unidad Independencia que la inauguró López Mateos del brazo de Charles de Gaulle,
me da la cátedra de pintura y nosotros inauguramos los talleres de arte. Entré
a dar clases ahí y en La Esmeralda, y me puse a pintar con los alumnos pero
llegó un momento en que me di cuenta que yo no servía como maestro, los alumnos
me hacían enojar mucho, terminaba peleándome con ellos. No servía yo para dar
explicaciones, ¿qué hice? Me fui a Europa.
VIVIR
PARA VIVIR
Muchos
dirían que en Europa vieron muchísima pintura, yo vi lo que tenía que ver. Para
empezar fui a Nueva York, luego Islandia, luego el resto de Europa, allá no
hice nada más que andar caminando y llevar la vida como se me iba presentando, como
me ha sucedido siempre. Pablo Neruda escribe en su hermoso libro Confieso que he vivido, tengo un amigo
que murió hace unos siete años que le gustaba mucho el trago y él escribió que
confesaba “cómo había bebido”, yo confieso que “no sé cómo he vivido”.
VIVIR
HOY Y AHORA
Cuando
yo decidí dedicarme a la pintura me dije “si voy a ser pintor, voy a hacer lo
que se me antoje”. No estoy por el estilo, no me interesa el estilo, no me
interesan las escuelas, no me interesa el pensamiento de los demás, me interesa
lo que yo voy pensando de acuerdo al mundo que me ha tocado vivir. Voy
desarrollando mi propio pensamiento. Que si mi pintura es actual, que si no es
actual, digo, mientras yo la esté haciendo es actual. Eso que dicen “no qué, es
que en mis tiempos…” mis tiempos han sido desde que yo nazco hasta que vaya a
morir, todo es mi tiempo.
CREAR
SIN TIEMPO
Nos
hemos ido volviendo muy asépticos al hacer arte y me refiero en términos
generales. Cuando escucho a los muchachos que hablan de música “que si es el
rock, que si es el otro, que si por aquí, por allá”, bueno, ¿y dónde está la
rebeldía del creador? ¿Por qué todo tiene que ser de allá? ¿Qué no tengo nada adentro,
no hay nada en mi pequeño entorno nacional que me influya, que me dé? En el
arte, todo lo moderno nos lo tienen que mandar de afuera ¿qué es lo que pasa?
Nosotros nos colgamos en el tren, pero ni siquiera adentro del tren, ni
siquiera adentro del cabús, sino colgados del cabús. Y a todo esto ¿por qué
tengo que ser moderno? No me interesa ser moderno, el arte no tiene tiempo.
PINTAR
EL TODO
Siempre
he dicho que no es tema, el tema es un pretexto, el tema puede ser ahorita, lo
que estamos hablando son ideas, lo que estoy viendo me da ideas. Pero, ¿cómo
voy a tratar el tema? Antes existían los temas heroicos y hubo un momento en
que eso se supera, el tema puede ser, qué sé yo, el vuelo de una mosca, o la
nada ¿qué voy a hacer con la nada? ¿Cómo voy a tratar la nada? Lo importante es
saber qué hacer con eso.
EL
SOL DE LEONEL
Es
que por pintar un Sol amarillo sobre un fondo negro dije “al Sol lo vemos a
través de un gran vidrio, y en todas imágenes que vemos por fotografía, por los
telescopios, el Sol está lleno de formas, de manchas”, y empecé desde el fondo
amarillo hacia delante hasta llegar a estas manchas rojas. Después me digo “persona
es vida y es muerte, y ¿cuál es la planta creadora de nutriente del mexicano y
que ahora es del mundo?” El maíz y nosotros somos la cultura del maíz, los
primeros hombres fueron de maíz, pero primero viene Nanahuatzin, el Sol, y
luego Tecuciztécatl, la Luna, y siempre me ha gustado la Luna menguante ¿por
qué no ponerla ahí? Entonces es vida y muerte.
Sin título (Periódico intervenido) / Acrílico sobre papel / 41 x 28 cm / 2016 |
Es un pintor que quería ser aviador, tal vez por eso es un gran viajero y un buscador de sitios desconocidos. Se negó a ser pintor hasta que la pintura lo acorraló, nació en 1939, y dibuja con decisión desde los ocho años, estudió en la Esmeralda, pero la vida fue la que le mostró lo que debería pintar.
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