“A través de la pintura es trabajar en el interior”
La Luna, mi reflejo / Encausto sobre macocel entelado / 135 x 134.5 cm / 2016 |
MARCELA HERBERT
Por Antonio Nájera
Con su pintura, Marcel Herbert constata que todo paisaje no es sino un paisaje interior. Paisajes de colores y texturas, plenos de árboles que crecen adentro.
LA BÚSQUEDA DE LA VOCACIÓN
Siempre quise estudiar pintura, y lo que más se acercaba era la arquitectura. Estudio arquitectura en la Universidad La Salle, donde se ven la perspectiva, volúmenes, espacios, color… Todo eso me ayudó, pero lo que más me ayudó fue que, cuando nos movimos a vivir a Nueva York, empecé a estudiar en la escuela The Art Students League. Y de ahí fue todo un aprendizaje; estuve estudiando figura humana, dibujo, vi varias técnicas — naturaleza muerta, abstracto… De ahí nos pasamos a vivir a Monterrey. En Monterrey empiezo a estudiar el diplomado en Historia del Arte en el Museo de Arte Contemporáneo, y tomo clases con el maestro Fernando Cervantes, donde empiezo a estudiar con la espátula —y la espátula fue parte de mi fascinación. Llegando aquí a Querétaro, estudio la carrera de Artes Plásticas, y es en donde empiezo a encontrar mi identidad.
UNA CARTOGRAFÍA DE SÍ MISMA
Siempre estoy reflejando un poco mis vivencias: en la parte de abstracción, pinté mucho tiempo a mi hija y a mi hijo; en la parte figurativa, los caminos donde iba a una búsqueda, a una búsqueda dentro de mi ser, de mi esencia como Marcela: quién era yo, qué buscaba en la vida… Y de ahí, en lo que estaba trabajando la serie de cartografías, empecé otra con árboles que se llamó Crecimiento. Me identifiqué mucho con el árbol: el árbol para mí significa: fortaleza, compartir, arraigo. Está el tronco fijo que eres tú pero, como las ramas, dependes de muchas personas y a la vez ayudas a otras. También como mujer nos damos cuenta de nuestro desarrollo. En un principio tenemos la parte de estudiar, después te casas, después los hijos; ahí yo no había buscado quién era Marcela. Es fascinante ver cada pincelada con cada propuesta. Fue irme encontrando como mujer; es reconocer que ya me conozco; sé lo que quiere Marcela; sé quién soy; no dependo de otras circunstancias o que la sociedad me diga qué hacer. A través de la pintura es trabajar en el interior.
LA BÚSQUEDA DEL ESTILO
Desde chiquita me encantaba hacer como la contraparte de que pintas un fondo, luego lo rayas y lo esgrafías y logras que salga la parte de atrás, logrando un fondo. De chica tomé clases de pintura y, llegando a Monterrey, tomé varios cursos de encausto. Mi fascinación también es la textura que da el encausto, el juego con el fuego, donde el fuego al estar sopleteando te va dando otra dimensión, me encanta calentar, me encanta como un tipo cocina donde mezclas los diferentes tipos de ceras, con resina, cómo se va formando esta mezcla y luego mis colores. Me fascina estar trabajando con materiales que puedo yo estar tocando que puedo estar sintiendo, trabajé mucho con el óleo, pero el óleo necesitaba trabajar capas muy gruesas, para que dieran lo que yo quería o texturas aparte y con el encausto es como me identifiqué más, yo creo que mi identidad de buscar lo que yo quiero como pintora o reflejar lo que yo quiero como artista.
LA LUNA DE MARCELA HERBERT
Siento que todos tenemos la parte oscura y la de luz. Quise trabajar la luna, “mi reflejo”, así la titulé, porque siempre está relacionada con la mujer Y esta dualidad en la que está la parte oscura y la parte de luz, que se puede ver todas las facetas de la luna, es como todo el ser humano. Vivimos hoy y no sabemos si mañana va a pasar algo bueno o algo que entristece un poco nuestro día. Todos buscamos la luz, que es lo que nos ilumina, no habría luz sin oscuridad, pero esa parte es importante para seguir estando completas y ser de luz.
Sin título (Periódico intervenido) / Encausto sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2016 |
El de Marcela Herbert ha sido un periplo que va de Querétaro a Nueva York, y de Monterrey de nueva cuenta a Querétaro. Pero este periplo ha sido también —y principalmente—, un viaje hacia sí misma: un viaje de ida y vuelta que la ha hecho recorrer múltiples estilos y geografías.
Hola, creo que Avelina es un tanto condescendiente con unos artistas y a otros "les da con todo lo que tiene" porque yo estoy de acuerdo con ella en toda su base argumentativa que esgrime contra el arte contemporáneo, en donde el concepto emerge como intento de soportar lo insoportable, pero en el programa donde Marcela Herbet intentó justificar su proceso evolutivo no recibió ni una sola objeción y eso que se manejaron argumentos por demás conceptuales y como no, después de todo el la abstracción pictórica es, en sí misma un concepto. Hubo un momento en que en la pantalla aparecen las manos de la artista manifestando inequívoca tensión debida, creo yo, a que permanece más tiempo del debido en el campo del concepto vago que en la expresión y argumentación estética concretas, Avelina entra en su auxilio haciendo preguntas tan obvias como para estudiantes de apreciación estética : explícanos como fue que paso a paso llegaste a este punto... Marcela respondió, así paso a paso, aprovechando el favor de la inducción en las preguntas y los conceptos siguieron abundando. Yo estoy de acuerdo en que no van a llevar invitados y destrozarlos y por ello Avelina no emitió una sola opinión ni a favor ni en contra, todo fe amabilidad pero quienes la seguimos con tanta admiración creo que esperamos al menos una mención de que el trabajo de Marcela en algunos aspectos no pasa de ser un intento y no arte pleno como misma Avelina propugna: Fuerza, trabajo, entrega, replanteo, evolución, autocrítica, coraje, meditación, abandono, reinicio, dolor, euforia, dualidad, fracaso, duda, reinicio, mas lucha, constancia, etc. y no tanto de lo que vimos como, yo de niña... he tomado cursos... mi carrera no me llenó... Me gusta tocar los materiales, etc. Y ¿qué del arte? de la estética, de un estilo que no se parezca al de todo el mundo que intenta pintar sin saber ni "J". Bueno Avelina, todo va en función de a quién y dónde se va a criticar y dónde hay que abstenerse ¿verdad? De todas formas concuerdo con usted en que no todo es arte, no todo vale, ni todo es gracia.
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