sábado, 3 de octubre de 2015

José Parra

Los caprichos de la baronesa / Óleo sobre tela / 171.5 x 131.5 cm / 2015

AIRE

Indolencia, evasión, placer, ella flota inconsciente de la realidad, ajena a lo que deja en la superficie. El elemento Aire de José Parra está en una fantasía pintada con realismo y detalle. El globo que lleva esa bañera de burbujas está vaciándose, ya casi no tiene Aire, ella se precipitará contra la realidad en cualquier momento. No le importa, goza del placer efímero de negar a la verdad. Las obras de Parra son eclécticas, cargadas de detalles que envían mensajes que tenemos que descifrar, leyendas con elementos de distintas épocas, todas tienen una constante: la imaginación hedonista al servicio de la pintura.



JOSÉ PARRA

Se viste con ropa estilo Luis XIV porque la moda actual le aburre. Sus obras son una reunión barroca de elementos renacentistas y tecnológicos, pinta con detalle y disciplina. Se confiesa seguidor de la filosofía de Epicuro y, como él, cree que solo vale la pena morir por un amigo.












Placer narrativo

Estoy basado en la estética del Renacimiento hasta el rococó, con mucha influencia del barroco novohispano. Mi familia se dedicó por mucho tiempo a las réplicas del barroco novohispano, todavía lo sigue haciendo y eso fue mucha influencia para mí. Finalmente, uno debe de ser congruente con su propia historia. Me di cuenta de que en la pintura podía mezclar esa influencia con la capacidad que tenía mi abuela cuando éramos niños y nos cautivaba con los cuentos de Andersen.

Regresar al placer de hacer

El arte es hedonismo, causa placer, conecta con una parte sumamente humana. Nosotros, mientras no hacíamos arte, solo sobrevivíamos. El arte es lo que hace la diferencia, es la capacidad que tenemos de transformar y crear cosas. Es importante lo que pasa en este siglo XXI: estamos haciendo arte para recuperar aquello que habíamos dejado de crear en el siglo XX. Recuperamos el arte como esa parte de la factura, eso que se hace con las manos, con los ojos, con la mente; habrá cosas muy buenas. El arte conceptual tal vez sea una manera de filosofía pero ¿en dónde está el objeto elaborado? Tenemos la capacidad de elaborar, de observar, de discernir y de poder apreciar el trabajo de otro ser humano.

Artista hedonista

Ahí es donde se cierra el círculo; por supuesto que soy hedonista. Pero hay que entender qué es el hedonismo en el sentido puro. Muchas veces se confunde con una conducta egoísta, incluso superficial, ociosa. El hedonismo real es la búsqueda de los placeres puros, es una manera de poder conservar esas sensaciones de placer a largo plazo. Esto es, si tienes un placer a corto plazo que te va a ocasionar graves problemas a un mediano y largo plazo, eso no es placer puro. El verdadero placer es aquel que te da un boleto para sentir en ese momento y para ir cultivando esos placeres; es la capacidad de absorber y de que vaya creciendo la capacidad de apreciación. Eso ocurre en el arte.

Arte sin tiempo

En el arte hay una cuestión de fe, tiene que ver con un gusto muy personal. A mí me cautiva pintar lo que quiero ver. Lo que quiero ver es una pieza que use la realidad como una mera referencia, que el arte sea poético y te lleve a otros lados. Por más elementos que una pintura tenga fuera de esta realidad, también va a tener elementos del tiempo y las circunstancias del autor. En mi obra van a encontrar un universo paralelo, y muchas cosas que ocurren acá, de este lado del tiempo. No me gusta escupir la realidad tal cual, quiero que pase por una afinación. A partir de ahí se puede dar una lectura contemporánea a una pieza. Eso es lo que ocurre con una obra plástica.

El elemento Aire en El mural del Milenio

El objetivo de esta pieza es que tenga múltiples lecturas. El primer golpe de vista es esta mujer bañándose, flotando en el aire, en un globo aerostático. Tenemos una bañera blanca en el aire y hay una gaviota que se posó sobre ella pensando que es suya. La mujer, que es el elemento central, está sonriendo; sin embargo, no está aislada. Hay cosas ocurriendo a su alrededor que nos hablan de otra historia, que nos hablan de la siguiente capa de la cebolla. Ella evade la realidad, está pasando por una ciudad en ruinas y pasando por encima de sus problemas. Hay un poco de neblina a lo lejos y una manifestación en la avenida principal. Ella no se da cuenta mientras está metida en su burbuja, a lo mejor vienen por ella. Está lleno de color rojo y azul, y de símbolos de la Revolución Francesa como el trinche. Ella está metida en su burbuja y mientras está tomando su champagne, no se da cuenta de que los marcadores del globo están a sus niveles mínimos, lo que quiere decir que el globo está bajando y ella ignora que está a punto de caer. Hay muchos paralelismos entre lo que ocurre en nuestro país y en el siglo XVIII, el de la Revolución Francesa.

Periódico intervenido / Óleo sobre papel (Diario Extra) 41 x 28 cm / 2015

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