lunes, 4 de noviembre de 2013

Maritza Morillas

Rastros del último milenio / Óleo sobre tela / 170 x 130 cm / 2013

El arte es una enfermedad genética entre su familia. Nació en la Ciudad de México en 1969. Se equivocó de carrera cuando se inscribió en diseño en la Escuela Nacional de Artes Plásticas ENAP, así que estudio de oyente, en la clandestinidad, confiesa. Su obra nos confronta y es difícil de exponer y de ver para el espectador que busca visiones agradables. Martiza está consciente pero no deja de ir a esa gran morgue que es la sección de carnes de los mercados para pintar las cabezas, despojos y demás entrañas que son alimento humano.

Rastros del último Milenio

El fin de una era, el anuncio del caos, está presente en cada instante, en el golpe de los hechos que no ceden, que son cada vez más irreversibles. Los restos carcomidos del cadáver de un caballo, símbolo de la guerra, el cielo incendiario, el monumento a una revolución casi olvidada, no es fatalismo, es la coherente sinceridad de lo que estamos viviendo. Maritza Morillas tiene una obra que indaga en la putrefacción social, orgánica y humana, en el despojo del devenir. No le teme al impacto visual, a la impresión del que ve su obra, al contrario, está ahí para obligarlo a ver, a asimilar que hay algo más que no es agradable o fácil.

Periódico intervenido / Acrílico sobre papel (Diario Extra) / 41 x 28 cm / 2013

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